Durante los paseos invernales, ¡no duden en involucrar a sus pequeños en la excursión, más bien reflexionen sobre los beneficios del aire fresco invernal! Les recuerdo que no es el frío lo que causa enfermedades, sino los lugares cerrados y abarrotados que a menudo no tienen una adecuada circulación de aire.

Si nos centramos en el aspecto práctico de cómo y con qué equipar a nuestros pequeños excursionistas, les sugiero el buen y viejo sistema de "vestirse en capas"... en la práctica: usar ropa en capas, porque cada una tiene una función específica:

  • Capa base: Es la que está más en contacto con la piel, muy importante y a menudo descuidada. Su objetivo es retener el calor y mantener la piel seca. Para lograr este resultado, se prefieren tejidos cálidos y transpirables como la lana merino, lana y seda o también tejidos técnicos de buena calidad. Hay que evitar absolutamente el algodón porque al ser una fibra hidrófila, absorbe y retiene la humedad y el sudor, y luego se seca lentamente.

 

  • Capa intermedia: Debe aislar y retener el calor, así que aún se puede optar por monos o conjuntos de lana o forro polar/microfibra que reemplazan excelentemente a la lana, siendo excelentes aislantes con buenas propiedades térmicas.

 

  • Capa exterior Importante para ayudar a mantener a los pequeños excursionistas a salvo del viento, la humedad y el frío. Los plumíferos y las chaquetas impermeables son ideales, ¡asegúrense de que sean transpirables!

Bebé en mochila porta bebé o fular/portabebés

Tengan en cuenta que hay diferencia entre el bebé que se lleva en un fular/mochila debajo de la chaqueta del portador y el bebé que está alojado en una mochila porta bebé: en la mochila, obviamente, está menos protegido. En el primer caso, el bebé transportado dentro del abrigo del portador está más cubierto, así que les recomiendo que no los vistan excesivamente, pueden ser suficientes las dos primeras capas mencionadas anteriormente, por el principio de homeostasis, será el contacto con su cuerpo lo que mantendrá al bebé a la temperatura adecuada, y cuanto menos capas los separen, mejor funcionará la termorregulación.

Precaución:  Algunas partes del cuerpo son particularmente sensibles al frío. La cabeza y el cuello son los primeros en protegerse, lo mismo ocurre con las manos y los pies que tienden a enfriarse fácilmente.

¿Han decidido ir de excursión con su bebé? Les recomiendo que organicen la salida a última hora de la mañana, cuando el aire esté más cálido y quizás también haya sol... pero a veces las previsiones meteorológicas engañan (¡pero siempre consulten!), y en caso de lluvia sepan que existen cubiertas impermeables/capotas tanto si usan un fular o mochila portabebés como si usan una mochila porta bebé. En invierno, incluso el viento fuerte puede ser insidioso, levanta polvo y no es agradable ni para los ojos del bebé ni para su delicada piel. ¡No olviden proteger la piel con crema solar!

Con pequeños y simples cuidados, ¡convertirán cualquier día de invierno en una magnífica experiencia en la naturaleza para toda la familia!

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